No ha podido ser más reveladora para mí la asistencia al Seminario Internacional de Estudios Teatrales de Albolote. Me invitaron como ponente para hablar de la obra de mi querido y admirado Juan Carlos Rubio.
Espero haber estado a la altura. Porque las enseñanzas que me traigo son tantas que no me cabe el corazón en el pecho de tanto como tengo que agradecer. Gracias a mis amigos y maestros
José Moreno Arenas y Adelardo Méndez Moya por ser siempre tan generosos conmigo.
En las fotos no se puede apreciar la emoción con que recibí las enseñanzas de Jerónimo López Mozo (otra vez junto a él se desvela el secreto del genio: la humildad. No tienen precio ni sus consejos ni las historias que le vinculan al teatro de Morón, que sonaron como música en mis oídos).
La charla sobre flamenco y Julio Vélez con el maestro Francisco Gutiérrez Carbajo resuena hoy en mi interior como un fanal de realismo mágico.
Tampoco se aprecia en las fotos (o sí, no lo sé), la complicidad con Nati Villar Caño , y el tributo de su experiencia con la diversidad como regalo entrañable y como promesa de futuros vínculos que uno ya va intuyendo.
Me siento muy afortunado, porque el destino me ha colocado de nuevo como espectador de esa magia inefable que regalan los maestros.
Y las maestras.
Gracias a Mario Soria, a Karma Teatro, y al resto de compañeros y compañeras con los que he compartido estos días que no tendrán olvido.
Nos vemos prontito!